¿Te ha ocurrido alguna vez, qué requieres tomar una decisión, pero tus múltiples ocupaciones te distraen por completo de tus objetivos y se te va el tiempo sin darte cuenta?
Para tomar decisiones es necesario despejar tu mente de ideas perturbadoras, al igual que cuando desalojas un armario de ropa que ya no usas, es importante desechar los pensamientos que bloquean a los mejores resultados.
Aquietar tu mente es más sencillo de lo que parece, únicamente requieres concentrarte en tu respiración y verificar qué estás pensando, puedes observar una imagen o el paisaje que te rodea y continuar verificando qué es lo que tu diálogo interno te dice.
Una vez ubicados tus pensamientos sabes, cuáles son los útiles para llegar a tu meta y cuáles en definitiva son inútiles. Permite que tu mente comience a despejarse para verdaderamente pensar lo que te va a llevar a ese objetivo, entonces podrás decidir con claridad cualquier cosa.
Para tomar decisiones es necesario despejar tu mente de ideas perturbadoras, al igual que cuando desalojas un armario de ropa que ya no usas, es importante desechar los pensamientos que bloquean a los mejores resultados.
Aquietar tu mente es más sencillo de lo que parece, únicamente requieres concentrarte en tu respiración y verificar qué estás pensando, puedes observar una imagen o el paisaje que te rodea y continuar verificando qué es lo que tu diálogo interno te dice.
Una vez ubicados tus pensamientos sabes, cuáles son los útiles para llegar a tu meta y cuáles en definitiva son inútiles. Permite que tu mente comience a despejarse para verdaderamente pensar lo que te va a llevar a ese objetivo, entonces podrás decidir con claridad cualquier cosa.
