Si en algún momento te habías cuestionado la razón por la cual vives de cierta forma, pero las respuestas se las adjudicabas a las circunstancias externas, seguramente seguías sin obtener algo que verdaderamente te hiciera comprender, pero posiblemente te mantenía en una zona de confort y justificaciones para ser de una determinada forma, sin embargo, la verdad está en el interior de cada quien.
Cuando como persona comienzas a conocerte el proceso de desarrollo ya no tiene vuelta atrás, pues tu nivel de consciencia se expande al momento en que escuchas tu diálogo interno y es ahí donde muchas de las respuestas están; el porqué de la realidad que vives, el porqué de tus conflictos o las cosas que requieres trabajar para ser mejor ser humano.
Cuando como persona comienzas a conocerte el proceso de desarrollo ya no tiene vuelta atrás, pues tu nivel de consciencia se expande al momento en que escuchas tu diálogo interno y es ahí donde muchas de las respuestas están; el porqué de la realidad que vives, el porqué de tus conflictos o las cosas que requieres trabajar para ser mejor ser humano.
Es momento de mirar a tu interior, para conocer cuál es la verdadera intención o propósito de cada decisión que hasta hoy has tomado, te darás cuenta de lo fácil que puede ser el efectuar un par de ajustes para disfrutar aún más tu proceso en la vida.
Dejar que las circunstancias sean las que gobiernen tu vida es una forma de continuar por el mismo camino, pero al momento en que decides hacerte responsable, gozarás de mayor libertad en cada una de tus decisiones. Es como cuando aprendes algo nuevo y lo aplicas, sabes cómo preparar berenjenas y las incluyes en tus alimentos, conoces como fabricar una silla y posteriormente creas más muebles. En el instante en que aceptas tanto lo malo como lo bueno de ti, tienes las posibilidades de reinventarte y mejorar continuamente.
