Existen diferentes formas de ser, hay quienes dan sin esperar, hay quienes, esperan algo a cambio por cada una de sus acciones, hay quienes no han aprendido a dar y mucho menos a recibir, pero siempre de cada persona se obtiene un aprendizaje.
Lo más importante es que tú sepas que tipo de persona eres y qué tan feliz te hace ser como eres. Para verdaderamente sentirte pleno como ser humano es imprescindible conocerte internamente, saber cuáles son tus debilidades, con qué virtudes cuentas y sobre todo comprender cómo procesas las emociones.
Lo más importante es que tú sepas que tipo de persona eres y qué tan feliz te hace ser como eres. Para verdaderamente sentirte pleno como ser humano es imprescindible conocerte internamente, saber cuáles son tus debilidades, con qué virtudes cuentas y sobre todo comprender cómo procesas las emociones.
Las emociones son las respuestas que tenemos ante ciertos estímulos; al momento de reconocer qué tipo de emoción nos provoca una actitud determinada, se generan sentimientos correspondientes a la realidad subjetiva de cada persona.
Por ello es de vital importancia distinguir qué tipo de conductas tenemos ante ciertas situaciones, para canalizar las emociones y disminuir su impacto cuando este es nocivo. Por ejemplo, si a alguien le das el valor de provocarte malestar, requieres analizar si la molestia es porque le das mucha importancia a sus opiniones, si es porque hay algo que aunque te choca te checa o si en definitiva tu ciclo con esa persona o grupo ha terminado.
Se trata de que en todo momento te autoobserves para crecer y sin esperar continúes dando la mejor versión de ti y hagas entrega total de tu colaboración; pero siempre consciente de las emociones que estás experimentando, para así poderlas trascender sin provocar daños en nadie.
