Existen estándares estéticos que van cambiando de acuerdo a las modas, a los contextos y a la misma mercadotecnia, pero lo interesante es encontrar la belleza en las cosas más simples, como lo son las flores silvestres, el azul del cielo e incluso la sonrisa de una persona que te saluda por la calle.
Si eres capaz de abrir tus sentidos para percibir la perfección de la naturaleza, te será muy fácil contemplar como existe belleza en casi todo lo que nos rodea. Cuando concentras tu mente en los aspectos positivos de las personas con las que convives, comienzas a percatarte de la gentileza o virtud que los envuelve, evidentemente, así como hay cosas positivas existen cosas que no lo son tanto, pero al mantener tu atención en lo mejor, eso recibes.
Generalmente la mente suele concentrarse en los errores o defectos, entonces lo que recibes de esas personas es justo lo que menos deseas, pero date cuenta como eso lo estás generando inconscientemente.
Recuerda, todos tenemos un lado obscuro, el reto es vivir sin engancharte en él para que tu entorno se torne lo más armónico posible.
Hay ocasiones en las que se vuelve muy complicado hacer llevadera una relación interpersonal, así que requieres revisarte para dilucidar, hasta dónde has sido responsable de crear ese entorno; todo con el objetivo de trabajar en ti mismo y trascender esas situaciones, recuerda que tus percepciones solo son reales desde tus ojos.